Poema es una palabra mágica

Silvio Rodríguez era el único tipo
en el mundo que tenía un unicornio azul,
y el muy idiota lo perdió.

No pienso hablarles de música cubana. No pienso referirme a la ecuación poética del unicornio, ni a la canción de Playa Girón. Sólo comienzo hablando de Silvio, para no comenzar hablando de Sabina, que es mi verdadero cantante. Así mismo Octavio Paz dice, en su magistral inicio para El arco y la lira, que la Poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono; como si estas categorías significaran algo realmente, en la búsqueda de entender a la poesía como forma-concepto. Y después viene una frase más contundente, que sí nos hace pensar que la lucidez existe: La unidad de la poesía no puede ser asida sino a través del trato desnudo con el poema. Pero ese libro, ya todos lo han leído, y últimamente no me gusta Octavio Paz, prefiero a Joaquín Sabina, cantando Contigo, que es más clásico y menos Nobel.

Porque habito un susurro como un velamen,
una tierra donde el hielo es una reminiscencia,
el fuego no puede izar un pájaro
y quemarlo en una conversación de estilo calmo.

Algo así, si mal no recuerdo, es La Habana de Lezama-Lima (nunca he estado en La Habana, aunque ansío estar y gozar el placer de ser extranjero), la misma Cuba que vio aparecer al muchacho con su unicornio bajo el brazo. Pero no es del señor Rodríguez de quien quiero hablar, sino del poema, que pertenece a una extraña región de la conciencia donde la posibilidad se transforma en conjetura (palabra dilecta de Borges, para explicarnos la situación del encierro que padecemos a bordo del planeta tierra). Pero no es sino una casualidad que en la Cuba de las torturas (no olvidemos que la cárcel de Guantánamo existe), se hayan dando cita, grandes maestros de la libertad. Hablo de José Martí, Alejo Carpentier, José Lezama-Lima, Reinaldo Arenas, Nicolás Guillen…

Pero el poema hace olvidar sus posiciones. El poema mismo hace olvida lo que eran para los hombres. El poema se levanta sobre la cabeza de todos ellos, para hacerles una dulce jugada de olvido. Decía Fidel: la historia me absolverá. Así quizá la historia absuelva a Hitler (que no es más que un actor hollywoodense, que siempre hace películas de malo), o quizá absuelva a Zapatero, por sus tortas; o a Chávez, por su funcionariado corrupto y deficiente.

Pero realmente ellos no serán absueltos. En cambio, los que fueron a beber en el poema, tomaran para sí la inmortalidad del olvido, la transparencia. ¿Sobrevive el creador a lo creado? Mi antepasado Miguel de Cervantes, ha sido el único hombre-artistas capaz de demostrarnos que no. Que el hombre se hace poema, por culpa del poema. Por eso Neruda es más cursi cada día, y Darío más empalagoso, y Juan Ramón Jiménez es menos Platero.

Pero tampoco venía a hablarles de ellos. Yo pasaba por aquí, para invitarlos (que bolas tengo yo, un maracucho, invitando a los españoles) invitarlos a escuchar conmigo un poquito de Joaquín, y recordarles que “poema” es una palabra mágica, que no todos saben usar.

LPC

Una respuesta a “Poema es una palabra mágica

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  1. Dice Borges en el Aleph «Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable.», bien clásico y sin Nobel; como le gusta camarada. Siempre que exista la reflexión a lo mejor y estaremos salvados… Sigamos especulando, sigamos de cazadores en la especulación, en las salvedades, poder y abandono que habla Paz… Si nos ponemos lezámicos, pues, toca rendirse en la espiral incesante de los significados, de la magia, de ese juego de prestidigitación en la búsqueda ciega de sus trucos. Ojalá y no lo hayemos jamás… Por cierto, al pendiente con los Twits…

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